La operación “bikini” se cobra sus primeras víctimas.

codnibLa operación “bikini” se cobra sus primeras víctimas.

¿NO LE SUENA DE ALGO? Lo mismo de cada año… hasta que el sistema público de salud no incorpore a sus equipos de atención y prevención de la obesidad y el sobrepeso a los dietistas-nutricionistas, los ciudadanos se verán abocados a recurrir irremediablemente a métodos milagrosos que ponen su salud en riesgo y en entredicho la eficacia de nuestro sistema nacional de salud.

En esta ocasión, tal y como informa la Agencia Europa Press, una paciente fue hospitalizada en el Hospital La Paz, donde permaneció ingresada 15 días tras tomar “pastillas adelgazantes”  distribuidas por un médico desde su clínica en Madrid. De momento, tres personas más han sido hospitalizadas, y entre 20 y 30 pacientes han tenido efectos secundarios.

De este modo se precipita la caída del grupo que distribuía fórmulas magistrales prohibidas para adelgazar. Seis detenidos, uno de ellos médico acusados de un delito contra la salud pública.

Promesas de rápidas pérdidas de peso, sin esfuerzo, por “poco dinero”, sin pasar hambre, potenciando las virtudes de determinados alimentos o sustancias y eliminado la ingesta de otros, dejando de comer alimentos básicos como las legumbres, frutas, verduras, pan, pastas, etc., fotos de antes y después que prometen resultados espectaculares, etc., CUALQUIERA de estos  indicadores nos deben servir para huir de estos métodos ofrecidos por “profesionales” “sanitarios / para-sanitarios” “personal training” y demás “ilusionistas”, pues quieren que perdamos “peso” a costa de “nuestra salud y de nuestro dinero”… y si además esto ocurre fuera de un centro sanitario autorizado… el riego es descomunal.

En este caso particular, las pastillas contenían medicamentos prohibidos, psicotrópicos, antidepresivos y laxantes. La Guardia Civil piensa que la clínica contaba con entre 450 y 500 pacientes, que pagaban al mes entre 60 y 80 euros por un bote de 28 pastillas. El perfil del paciente era mujer de entre 25 y 45 años.

Posteriormente, los tratamientos se solicitaban por teléfono al médico que los había prescrito. Algunas de las víctimas, tras tomar la sustancia y tener que ser hospitalizadas, comunicaban al médico que se las habían recetado los efectos adversos que les producía. Este manifestaba que eran síntomas normales y que, si querían, cambiaba el tratamiento por otros más suaves, sin coste adicional alguno.

Hasta que tenga la posibilidad de ser atendido por un dietista-nutricionista en su centro de salud tal y como sugiere la propia comisión de sanidad del Senado, puede encontrar al suyo en codnib.es.

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